Suele despacharse vulgarmente la cuestión con el asunto etimológico: filosofía sería amor al saber (Philia, amor, apego; Sophia, sabiduría).
Pero la cuestión amerita análisis más profundos. Por de pronto, nos encontramos con multitud de filosofías: materialistas, idealistas, espiritualistas... ¿Hay algo que todas tengan en común? Sí, al menos el sistematismo. Es decir, toda filosofía organiza Ideas (no conceptos técnicos o científicos), y trata de orientar la acción práctica, ya sea ética, moral o política.
Además, todos los individuos humanos han de contar con alguna filosofía, o con una mezcla confusa de varias, a la hora de actuar: todos tenemos posiciones más o menos claras respecto a la guerra, el aborto, las ciencias...
En la filosofía clásica grecorromana se daba por sentado que toda corriente o Escuela tenía su Ontología (o metafísica, o teología, o Física), su Teoría del conocimiento (o Lógica, teoría de la Razón) y su Ética (y Política).
Sin embargo, en cierto momento moderno, la barbarie de la especialización en las ciencias pareció llegar también a la filosofía, y a partir al menos del siglo XX nos encontramos con corrientes que no parecen abordar la cosa sistemáticamente, a la manera clásica grecorromana. Así, nos encontramos escuelas que parecen agotarse en cuestiones lógico- lingüísticas; otras que se empeñan en hablar de identidades (sexuales, étnicas); las hay que no son más que autoayuda, sin ningún fundamento ontológico o científico...
La filosofía clásica, no lo perdamos de vista, tenía en la intención práctica (ética y política) su objetivo primordial. Ahí están Sócrates, Platón (República, Leyes...), Aristóteles, Epicuro, Séneca... Qué decir del neoplatonismo o de las filosofías ligadas a las religiones del libro (cristianismo, islam, judaísmo). Pero también este impulso ético está en Spinoza o Kant.
La filosofía enseñaba, sobre todo, la sabiduría de la buena vida. La filosofía estoica, por ejemplo, basaba su Física (Ontología) en un determinismo que implicaba un sometimiento al Logos, y cuyas leyes competía estudiar a la Lógica. Por último, la Ética era el resultado de lo anterior: no tenía sentido el odio o la ira, si realmente hay causas determinadas en lo que acontece; pero también la razón enseña a poner moderación en los placeres; o que la libertad consiste en la conciencia de la necesidad, y en liberarse de los temores, sobre todo del miedo a la muerte.
Y en ese sentido la filosofía se entendía como amor al saber. Es decir, como deseo de conocer cómo vivir de la mejor manera posible.
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