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Sobre Dios como concepto dialéctico

El concepto de Sustancia en Spinoza es un concepto dialéctico. Esta pista la advierte Vidal Peña en la introducción de su traducción, contra, entre otros, Antonio Negri.

Y es dialéctico porque en Filosofía pensar en pensar contra algo (alguna teoría, alguna doctrina).

Spinoza define a Dios como una Sustancia absolutamente infinita (E1, def6). Como toda determinación es una negación, Dios resultará ser la única substancia fuera de la cual nada es, nada existe. Todo lo que es, es en Dios, y sin Dios nada puede ser ni ser concebido (E1,15).

¿Pero contra quién construye Spinoza su concepto de Substancia?

Contra la sustancia (ousia) aristotélica, la escolástica y la cartesiana, principalmente. Y lo mismo pasará con el concepto de Dios. En Spinoza convergerán hasta identificarse ambos conceptos.

En la tradición aristotélica, la sustancia era equivalente a ente, a entidad (de hecho, Tomás Calvo traduce Ousia por entidad). Y en Descartes hay tres sustancias: aparte de Dios, existiría la sustancia extensa y la sustancia pensante (Res extensa, Res Cogitans).

Por otra parte, para Aristóteles Dios era Primer Motor, pero para Spinoza Dios es causa inmanente, no transitiva (E1, 18). 

En la tradición escolástica hay al menos dos maneras de entender a Dios: Omnisciente al modo de Ockam (tradición inglesa, grosso modo) o bien Bueno al modo de Leibniz. Estos dos extremos son demolidos también por Spinoza en E1,17 o E1,33.

En la naturaleza nada hay contingente (E1,29). Todo sigue el orden necesario y eterno propio de la sustancia. Y esta, tal vez, sea la proposición más importante para entender las diferencias con las demás ontologías con las que se mide. De aquí debe partir la compresión de la verdadera filosofía, como bien sabía Hegel.

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