Agrupando, clasificando en dos los modelos políticos propuestos en Filosofía, podemos contraponer el modelo de la República platónica al modelo de Spinoza.
El primer modelo se basaría en un orden sin contrapoderes, en una estructura jerárquica en la que manda el Rey Filósofo en una sólida estructura de tres clases. La confianza en la incorruptibilidad monárquica haría innecesario un sistema de contrapesos. Este modelo sería el propio también de la Cristiandad, tanto en la versión agustiniana (la Iglesia es la única ocasión de salvación humana) como en la tomista (ley natural que late en todo corazón humano). Este modelo platónico sería para Popper cerrado, y llevaría al autoritarismo o el totalitarismo (fascismo o comunismo).
Por otra parte, tendríamos el modelo Spinozista: solo con contrapesos puede asegurarse un poder fuerte del Estado. Sin libertad de expresión, por ejemplo, el Estado es más débil, pues las fuerzas internas no desarrollan su potencia. Este modelo no basa en la confianza de un rey o en una casta la salvación (salud) del Estado, porque el hombre es débil y corruptible. Hay que reconocer la pluralidad, y no se deben permitir un Estado dentro de otro Estado. Por eso hay que reconocer la libertad de expresión, siempre que no se llame a la rebelión o sedición.
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