No existen los derechos en abstracto, ni hay derechos absolutos. El derecho es la codificación de la fuerza (ius=potentia). En este sentido se dice que el león tiene derecho (fuerza, capacidad) de comerse a su presa. O que un Imperio tiene poder de influir en las leyes de otro país.
En cuanto a los derechos "legales" suponen un Estado (o varios). Si un derecho queda recogido en una ley y el Estado es capaz de asegurarlo, se dice que "X es un derecho dentro del Estado Y". Por ejemplo, el derecho a una "vivienda digna" no es tal si el Estado no puede garantizar viviendas para todos. O los derechos de propiedad quedan en suspenso si hay una guerra, o si en tal o cual parcela se encuentra un resto arqueológico importante.
Sirva lo anterior para contextualizar el derecho a la "libertad de expresión". Además, hay que denunciar la falsa dicotomía entre "hechos" y "palabras". Hablar es actuar. Piénsese en una amenaza o en una fórmula jurídica o religiosa. Las palabras forman parte de hechos, de ceremonias, no son realidades disjuntas, sino conjugadas. Toda palabra dicha supone un contexto, una ceremonia, una institución; y viceversa, todo acontecimiento humano supone palabras (o su ausencia, si se exige el silencio, en cuyo caso las palabras estarían prohibidas, como en un examen escrito).
La libertad de expresión se refiere, por tanto, a un supuesto derecho en el que están de algún modo involucradas ciertas palabras. Según esto, ¿qué está o no está permitido decir? La investigación se termina rápido si se acude al plano positivo, real: uno puede decir lo que le dejan decir, lo que tiene capacidad (potentia) de decir. Ahora bien, la capacidad de uno no es absoluta, sino relativa a otras potencias, a otras personas, instituciones o Estados.
Podemos analizar la libertad de expresión, en tanto que derecho regulado por un Estado en tres planos:
A) En el plano ético: amenazas o injurias a tal o cual persona.
B) En el plano moral: Delitos de odio o de amenazas hacia un grupo por su condición de pertenencia a tal grupo: a cierta monarquía por el mismo hecho de pertenecer a la Corona. Aquí caben las amenazas a una etnia, raza, religión...
C) En el plano político: llamar a la desobediencia, sedición o rebelión.
En cualquier caso, no se puede sostener una "libertad de expresión" en abstracto. Es absurdo. Por muchos contenedores que se quemen.
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