Para Spinoza, la esencia de la Escritura consiste en que ha llegado a la verdad ética (y moral), a sus principios, sin el uso de la verdad racional o filosófica (cuyo canon lo marca la nueva norma de verdad en que consiste la geometría euclidea, vid. Ap 1). En efecto, la esencia de la Escritura consiste en la Regla de Oro: "Amarás a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a ti mismo". Todos los profetas han rodeado, han circulado, alrededor de esta regla, pero solo Cristo la habría formulado y representado en su vida de forma plena y precisa (así entiende Spinoza el famoso "El Verbo se hizo Carne", Cf. Ep. 75; E4, 68, sc.). Ahora bien, los profetas, entre ellos Cristo, han entendido estos principios éticos según su capacidad, y la explicaron según la imaginación del vulgo. Por eso, a veces la Escritura puede parecernos ingenua o incluso infantil en algún pasaje (que Abraham creyese haber comido junto a Dios; que Dios se presentase en forma de nube, etc.)
La Filosofía, por su parte, tiene como misión llegar por vía de la razón a la verdad, sobre todo de carácter ético (E2, prefacio). Es decir, el objetivo que se propone Spinoza en la Ética es "llegar al conocimiento del alma humana y de su suprema felicidad" (ib.).
Y la Filosofía llegará a las mismas conclusiones (mejor, "principios") a los que ha llegado la Escritura (vid, por ejemplo, E4, 68 sc). Amar a Dios sobre todas las cosas significará, ante todo, entender y aceptar que todas las cosas y acciones se siguen unas de otras de la necesidad de la naturaleza divina. Que Dios es nuestra Sustancia, y que no somos más que un modo fugaz, pasajero, de esa Sustancia; pero un modo necesario, en cierto sentido eterno. Y amar al prójimo como a uno mismo significará que la mejor manera de vivir es con firmeza y generosidad, sin esperar premios o castigos.
De esta forma se establece una identidad sintética entre la Escritura y la Filosofía (la Ética). De este modo, se puede leer con gran provecho (ético, moral) los propios textos bíblicos (vid, vg, TTP 13). Toda vez que se ha demostrado racionalmente cuál es la esencia de la Escritura.
La Filosofía, sin embargo, a través de los libros IV y V (homo liber) nos refiere cosas a los que la Escritura parece no poder llegar.
Comentarios
Publicar un comentario