Aunque pueda sonar raro, hay gente en el Materialismo Filosófico que se declara comunista, toda vez que la obra de Bueno desde 1990 trata de entender la caída de la URSS y de dar "la vuelta del revés de Marx". La lucha de clases como motor de la Historia (y no de "muchas" clases, sino precisamente dos, dando paso a las dicotomías maniqueas), el concepto de valor-trabajo, el par superestructura-base (no entendido conjugadamente) o el concepto de Género Humano o Fin de la Historia son insalvables; aunque se puedan recuperar otras partes formales, por ejemplo del Materialismo histórico, o análisis del tipo de Marvin Harris en el materialismo cultural.
Más afín al MF sería una perspectiva no comunista, sino funcionalista. Partiendo de que el motor de la Historia es la dialéctica de Estados que incorpora otras dialécticas, no hay dogmas en Política: los límites de la libertad de expresión son los que marcan la ley y la eutaxia, con bases éticas y morales. La economía (es decir, la economía política) tampoco tiene dogmas: a veces conviene subir impuestos, otras bajarlos. A veces hay que planificar la economía (en ciertos sectores estratégicos, por ejemplo); y en otros campos hay que planificar menos y dar paso a más iniciativas de tipo "privado".
El funcionalismo no implica relativismo. Hay verdades científicas y éticas. Y hay constantes en política: el hombre no puede vivir en estado natural (por usar la terminología de Spinoza), sino que debe vivir en un Imperium (un Estado) y, cuanto mejores alianzas geopolíticas y más fuerte sea ese Imperium, de más posibilidades (seguridades, comodidades) podrán gozar los ciudadanos. No hay Fin de la Historia, ni Dirección. Cuando se progresa en algunos aspectos se regresa en otros. La paz es la paz que te pueda garantizar el Estado. La paz es un intervalo entre dos guerras.
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