"El hombre libre en nada piensa menos que en la muerte" E4, 67.
Esta famosa proposición de Spinoza es una de las más controvertidas y polémicas. Baste recordar la furia de Don Miguel de Unamuno ante esta sentencia. Los estoicos (Séneca) hablaban de la meditatio mortis.
Parece que Spinoza está reclamando una meditatio vitae para el hombre libre. En la demostración argumenta que la meditación de la muerte viene del miedo a la propia muerte. Pero el hombre libre, es decir, el que se guía por la Razón, no se deja guiar por el miedo, ni siquiera por el miedo a la muerte. El miedo, de hecho, es la fuente de las supersticiones (conjugada con la esperanza, pues son inseparables). Entonces el hombre libre "atque adeo nihil minus, quam de morte cogitat; eius sapientia vitae est meditatio" QED.
Es posible, sin embargo, que la meditatio mortis tenga algún sentido, si se entiende como el tramo vital que nos queda, y somos espoleados a apuntalar nuestros proyectos en esta vida, sabiendo que la vida se apoca, que el tiempo que nos queda es poco, y puede acabarse en cualquier momento. Así, parece, lo entendió Séneca.
Sobre la muerte, por otra parte, nada podemos saber. Porque no puede haber un conocimiento cierto, positivo, de ella. Cuando la muerte llegue, nosotros ya no seremos. Mientras somos, la muerte no es. Pero no por ello dejamos de sentir y experimentar que somos eternos.
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