Consideramos lejana la muerte, siendo así que gran parte de ella ya ha pasado. La mayor parte del tiempo se nos escapa, se nos arrebata, se nos sustrae o, peor, perdemos el tiempo negligentemente.
Reivindica, Lucilio, la posesión de ti mismo. Nada en este mundo es nuestro, salvo el tiempo. El tiempo, fugaz, es el único bien que poseemos.
Acapara todas las horas.
No considero pobre aquel que goza, que se satisface, con lo que tiene, aunque sea poco.
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