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Spinoza y los límites de la libertad de expresión

Para Spinoza el Estado es una necesidad de los hombres para superar el estado de naturaleza (de salvajismo, del todos contra todos, de grupos contra grupos). No es víctima del idealismo anarquista, ya sea de corte teológico (agustiniano), ya sea de corte marxista (el Estado como sistema de opresión de clase) o anarcoliberal. 
El Estado, sencillamente, es la única forma que tienen los hombres de poder aspirar a cierta libertad (uso de la razón) y seguridad. 

Por eso, Spinoza en el TTP se ve obligado a fundamentar el origen del poder del Estado. Los hombres hemos hecho un pacto (la obediencia y el disfrute de la seguridad del Estado es ya asumir el pacto) en virtud del cual cedemos nuestro derecho natural a cambio de la promesa de la liberación del miedo y de la posibilidad de la vida racional (en términos del Materialismo filosófico el pacto sería el equilibrio entre vectores ascendentes y descendentes). Las supremas potestades (aparato encargado del mando) con esa legitimidad cotidiana del pacto, deben tener, por tanto, el control de las leyes, y deben ser capaces  de hacerlas cumplir.

Ahora bien, nada hay más pernicioso que un "Estado dentro de otro Estado", es decir, grupos o sectas que sean ajenas a la obediencia del Estado. Ningún grupo o secta debe imponer su forma de pensar si no se quiere hacer un gran perjuicio al Estado con amenaza de su destrucción total.

Libertad de pensamiento y libertad de expresión son para Spinoza (véase, sobre todo, las conclusiones del TTP, en el capítulo 20) la mejor manera de conservar cierta duración y estabilidad en el Estado.

Pero no todas las opiniones deben ser toleradas. Los límites son precisamente asegurar la recurrencia del Estado. Llamar a la desobediencia o practicar la sedición han de ser tomados como rebelión y han de ser actos perseguidos. Siempre cabe mejorar las leyes, pero han de seguirse los cauces legales (dentro del pacto).
Libertad sí. Pero con parámetros. Los de la recurrencia del Estado, único lugar donde poder aspirar en este mundo a una vida racional, propiamente humana.

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