En el final del franquismo ya no había casi opositores, la inmensa mayoría de españoles se habían hecho franquistas; seguramente debido a la creación de las clases medias y la industrialización de España (especialmente beneficiosa para Madrid, Vascongadas y Cataluña). En la Transición (transformación del franquismo) se legalizaron los partidos (incluso el PC) y se dio cabida incluso a los separatistas, pensando que cediendo competencias y a base de privilegios se iban a conformar.
Pero cuando en el año 2000 gana Aznar por mayoría absoluta, El País (y la izquierda socialdemócrata en general) se inventa el concepto de "Memoria histórica" (que es contradictorio por definición, la memoria es biográfica; la Historia, cosa de entendimiento y ciencia) para buscar algún punto de fricción y de maniqueísmo con el fin de distinguirse de la "derecha" sociológica (a la que se había homologado políticamente).
Hoy ningún partido político del Congreso reivindica el franquismo, pero ideológicamente ha triunfado el plan maniqueo.
La realidad es que hoy esto ha cristalizado en dos grupos: por una parte, los que defienden la Nación política española (nación de ciudadanos que quieren ser libres e iguales), y de otra parte quedan los que quieren liquidar La Nación política, normalmente para disolverse en la UE, "en Europa nos encontraremos". Pero nadie sabe lo que puede España.
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