Recientemente, David Alvargonzález (DA), en la EFO, ha impartido una lección sobre los Modos y dimensiones de la idea de ser, que vendría a corregir la terminología de Gustavo Bueno acerca de los Géneros de Materialidad (y sabemos que, detrás de cada cambio terminológico, hay un cambio conceptual). En efecto, DA, sostiene que en vez de llamar "géneros" a los tres de materialidad, habría que llamarlos "dimensiones del ser" (ver, en especial, a partir del minuto 55). Y en principio habría que darle la razón a DA, si seguimos el texto canónico de Bueno al respecto (Los Ensayos materialistas), p. 409, donde se habla, literalmente, de "dimensiones (ejes)"; y que M1, M2, M3 están vinculados como los términos de un monomio, de tal modo que si anula un término, se anula el monomio entero. Es decir, prescindir de uno de los tres géneros sería como destruir un monomio, al multiplicarlo por cero.
Hasta aquí parece que las rectificaciones de DA serían irreprochables. Dicho de otro modo, cuando hablamos de entes del mundo o, mejor, de estromas (terminología que Bueno empieza a usar hacia el final de su obra, pero que aún no usa en 1972), tendríamos que hablar de las tres dimensiones. Cada estroma tendría un componente físico-temporal (M1), fenomenológico-subjetivo (M2) y esencial-conceptual (M3).
Ahora bien, en esa misma página 409 de los Ensayos, Bueno avisa de que esta argumentación no se puede usar "a escala de los estratos", y que aquí la analogía sería más bien con el polinomio y no ya el monomio (puede anularse un sumando sin que se anule el polinomio entero). Además, en las páginas siguientes, de la 410 a la 427, Gustavo Bueno habla, precisamente, de la reducción mutua entre los Géneros M1 y M2, al hablar de la constitución dialéctica del mundo. Y, además, en esa argumentación, usa el hecho de que los géneros son clases (p. 410). De este modo, quedaría justificado, por parte de Bueno, hablar de "Géneros de materialidad".
La reducción entre M1 y M2 sería extensional pero no intensional (p. 416). Y precisamente en esa irreductibilidad intensional habría una inconmensurabilidad ontológica con un significado de primer orden (p.417). En esa misma conjugación de M1 reducido (en extensión) a M2 y viceversa, de la que venimos hablando, al no poder hacerse casar por completo (en intensión), estaría la clave de la constitución del mundo (pp. 418-427).
(Queda para otra ocasión el análisis comparado del libro segundo de la Ética de Espinosa con este capítulo V del Ensayo II de Gustavo Bueno. El orden de la exposición de la constitución del mundo (Ontología especial) guarda en ambos textos una notable analogía)
Hasta aquí parece que las rectificaciones de DA serían irreprochables. Dicho de otro modo, cuando hablamos de entes del mundo o, mejor, de estromas (terminología que Bueno empieza a usar hacia el final de su obra, pero que aún no usa en 1972), tendríamos que hablar de las tres dimensiones. Cada estroma tendría un componente físico-temporal (M1), fenomenológico-subjetivo (M2) y esencial-conceptual (M3).
Ahora bien, en esa misma página 409 de los Ensayos, Bueno avisa de que esta argumentación no se puede usar "a escala de los estratos", y que aquí la analogía sería más bien con el polinomio y no ya el monomio (puede anularse un sumando sin que se anule el polinomio entero). Además, en las páginas siguientes, de la 410 a la 427, Gustavo Bueno habla, precisamente, de la reducción mutua entre los Géneros M1 y M2, al hablar de la constitución dialéctica del mundo. Y, además, en esa argumentación, usa el hecho de que los géneros son clases (p. 410). De este modo, quedaría justificado, por parte de Bueno, hablar de "Géneros de materialidad".
La reducción entre M1 y M2 sería extensional pero no intensional (p. 416). Y precisamente en esa irreductibilidad intensional habría una inconmensurabilidad ontológica con un significado de primer orden (p.417). En esa misma conjugación de M1 reducido (en extensión) a M2 y viceversa, de la que venimos hablando, al no poder hacerse casar por completo (en intensión), estaría la clave de la constitución del mundo (pp. 418-427).
(Queda para otra ocasión el análisis comparado del libro segundo de la Ética de Espinosa con este capítulo V del Ensayo II de Gustavo Bueno. El orden de la exposición de la constitución del mundo (Ontología especial) guarda en ambos textos una notable analogía)
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